¿Y si no resulta? El duelo invisible en los tratamientos de fertilidad

El lado que nadie cuenta (pero muchas sienten)

Cuando una mujer comienza un tratamiento de reproducción asistida, el foco está puesto en la esperanza: en lograr el embarazo, en que “esta vez sí”. Pero… ¿qué pasa cuando no resulta?

Lo que muchas no dicen (y pocas saben cómo nombrar) es que cada intento fallido deja una marca emocional. Es un pequeño duelo que se acumula en silencio. La beta negativa, el ciclo cancelado, la FIV sin embriones viables. Y aunque médicamente “se sigue intentando”, psíquicamente algo se empieza a quebrar.

¿Qué se pierde cuando no llega el embarazo?

Freud decía que no hay pérdida sin duelo. Pero en estos procesos, el duelo muchas veces no tiene un objeto claro: no hay un bebé, no hay una muerte concreta, pero sí hay una pérdida simbólica que duele.

  • Se pierde el ideal de control.
  • Se pierde la idea de que el deseo alcanza para lograr algo.
  • Se pierde algo del narcisismo: “¿por qué yo no puedo?”

Y esto, aunque no se diga, genera angustia, tristeza, a veces culpa. Y sí, también enojo.


“Hay duelos que no se hacen por lo que fue, sino por lo que no pudo ser.”
inspirado en Winnicott


La infertilidad como experiencia subjetiva

Desde el psicoanálisis, no hablamos de “pacientes infértiles”, sino de personas atravesadas por una experiencia que las excede. La infertilidad toca zonas profundas de la identidad, del deseo, del cuerpo y de la historia familiar.

Preguntas que aparecen en el silencio del consultorio:

  • ¿Soy menos mujer si no puedo gestar?
  • ¿Y si nunca llega, cómo sigo?
  • ¿Es mi culpa por haber esperado tanto?

Estas preguntas no buscan respuestas rápidas. Buscan ser alojadas. Y esa es una de las funciones de la psicoterapia: abrir un espacio para lo que duele sin exigir soluciones inmediatas.

¿Cómo se sigue después de un intento fallido?

1. Permitirse sentir (y no correr hacia el próximo ciclo)

A veces, el mandato social (y médico) empuja a seguir: “el mes que viene probamos otra vez”. Pero psíquicamente, el cuerpo y el deseo pueden necesitar otra cosa. Hacer una pausa, hablar, llorar, redefinir.

2. Revisar el deseo

¿Sigo adelante por mí o por presión externa? ¿Este deseo sigue siendo mío? ¿Qué estoy dispuesta a atravesar?

Estas preguntas pueden ser incómodas, pero son vitales para no quedar atrapada en un automatismo.

3. Buscar espacios donde no se exija “ser fuerte”

No siempre hay que poner buena cara. Estar triste también es humano. La psicoterapia puede ayudar a sostener lo que emocionalmente parece insostenible.


Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Cómo afecta emocionalmente un tratamiento de fertilidad fallido?
Puede generar tristeza, desesperanza, enojo, confusión. Es un proceso emocional complejo que merece ser reconocido.

¿Es común sentirse culpable o avergonzada?
Sí. Muchas mujeres se preguntan qué hicieron mal, o sienten que han fallado. Trabajar esto en terapia ayuda a aliviar esa carga injusta.

¿Cómo sé si necesito ayuda psicológica?
Si sentís que la angustia te desborda, que no podés hablar del tema con nadie, o que tu vida gira solo en torno al tratamiento, puede ser un buen momento para pedir acompañamiento.

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